viernes, 1 de noviembre de 2013

Loretta.

-Es sorprendente-
-¿Qué es sorprendente?-
-Es sorprendente que la chica que se besa en la mesa de allá es la misma que tiene las narices enterradas en un libro estudiando, justo en esta mesa. Eso es sorprendente-
-Sí, es que esa chica al pareces tiene diferentes facetas.-
   Eso es lo que ella pensaba, que tenía diferentes facetas. Que tenía momentos diferentes.


*    *    *

-Y es que no cabe duda, estas loca-
-Así me han dicho-
-¿Tú lo crees?-
   Y ella respondió "Sólo a veces" aunque la verdad quería decirle "Sólo cuando me lo dices tú"

   Ella quería decirle lo importante que era para ella lo que él pensara de ella, pero no podía, eso no estaría bien. ¿Bien?, ¿Qué es bien?, ¿Estaría bien decirle lo que de verdad pensaba, lo que de verdad sentía?. Ellos eran perfectos así como estaban, para que arruinarlos con algunas cuantas palabras. ¿Perfectos dijo?, no se que tiene eso de perfecto, no se lo que es perfecto. ¿Se le puede llamar perfecto a una relación como la de ellos?.

   Pobresita, y es que ella no tiene idea de que hacer con su vida. Un día  ríe a carcajadas y el otro llora a mares. Un día se quiere arrancar los cabellos de la rabia y al momento ya esta dando saltitos de felicidad. Una noche sale de fiesta y regresa borracha, al siguiente va a misa y reza.

  Ella se sienta a leer en ese banco que tanto le encanta que está al frente del estanque del parque, porque le gusta sumergirse en esos mares de historias que son los libros, le gusta olerlos cuando son nuevos y cuando son tan viejos que sus páginas son muy amarilla.

  Ella sale a fiestas y cuando se mantiene sobria conoce a algún chico, si no van al baño enseguida salen algunos días, la cosa jamás dura más de dos semanas. Ella también tiene sus momentos "atrevidos", esos en los que ella usa zapatos de tacón, pintalabios rojo y algunos rizos en su larga cabellera castaña. Siempre se le ocurre algo nuevo, la otra vez entro a una tienda, no entro como una diva, no entro tampoco tímida, entro como una persona común, pero ella no es una persona común y eso todo el mundo lo nota. El chico detrás del mostrador quedó fascinado, intercambiaron unas cuantas palabras. Antes de irse ella le entrego un trozo de papel que tenía su número de teléfono, el chico quedó atónito y ella salió igual que como había entrado, como una persona común.

  En sus momentos de persona común, esos en los cuales no está haciendo ninguna clase de locuras ni ridiculeces, ella le gusta recordar, recordar ese tipo de cosas, porque ese tipo de cosas es lo que la hace sonreír.

-¿Cuales son tus sensaciones favoritas?- Le pregunto Santiago un buen día.
-A ver Tiago, pensaba que ya lo sabias-
-Pues ya ves que no-
-Vaya que tonto, es fácil, la primera vez que abro un libro para comenzarlo a leer. Eso me encanta, lo considero un misterio, jamás se con que me toparé en la historia. También me fascina la sensación del primer encuentro del lápiz con el papel, quién sabe lo que querrá escribir ese lápiz esa vez-
-Tú controlas el lápiz-
-A veces el me controla a mí-
-Pues vaya, qué se puede esperar de ti. Eres la chica que puede ser controlada por el lápiz. Quizás te pueda controlar yo alguna vez-

   Ella sonrió y se dijo a si misma, que tonto, no se da cuenta que él ya me controla. 


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